Y un día llega alguien y te rompe los esquemas, pero no las estructuras. No sabés cómo hace pero te enseña a vivir mejor, y vos querés tomar esa oportunidad, querés escuchar a esa persona, querés hacerle caso, sin dudar ni medio segundo. Un día llega alguien y empezás a sentir que merecés amor, y también darte amor. Esa persona te pone frente al espejo, te dice que te mires, que sos increíble y que podés todo lo que quieras. Esa persona te está motivando a hacer todas esas cosas que pensaste que no podías. Te está diciendo que podés, que nunca es tarde. Te recuerda lo que olvidaste cuando la vida por delante era toda de verdad, te recuerda lo que no pensabas desde tu infancia, cosas como lo inteligente que sos, lo fuerte, y esa clase de cosas que tiene la inocencia de no conocer el mundo, pero tener ganas de descubrirlo. Esa persona, te está agarrando la mano y te está diciendo que no tengas miedo de vivir, que borres el temor de tu cabeza: Sí que sos capaz. De mucho, de todo, de lo qu
Todo empieza con una foto, no demasiado sugerente. La primera foto: Te doy permiso. Eso le dijiste, estoy segura. La dejaste que ponga una foto con vos. Si vos no la dejabas, no lo iba a hacer, ella sabe que eso es invasivo. Nace una historia de amor. O algo así. A mí no me decís más nada, te olvidaste del verano pasado, te olvidaste cuando nos revolcábamos en la arena mientras nuestros amigos abrían una lata de cerveza atrás de la otra que sacaban de esa heladerita de telgopor que compramos a la pasada de la playa, un día con muchísima resaca, para seguir escabiando. Hace tiempo que te habías borrado, te portabas bien. No conmigo, con ella, pero era un fantasma, nadie sabía de dónde era, cómo se llamaba, ni cómo se veía. No estaba segura, pensé que a lo mejor estabas con la facultad, pero algo sospechaba. En el grupo de whatsapp nadie decía nada. Te borraste un poco. Me enamoré de vos, pero vos no te diste cuenta de que te enamoraste de mí, no te acordás ni ahí de cómo me miraste ese